3 años de incertidumbre en Europa


Mi último paso por Europa, tuvo tantos cambios, experiencias y situaciones, que podría contarlo en más de diez artículos del Blog. Pero al mismo tiempo, durante esos tres años, tampoco escribí un artículo por aquí,  lo cual me motiva a realizar un resumen y quedar al día,  para luego sí continuar con la actualidad.

 

A la hora de pensar en un resumen y un título,  se me vino a la mente una palabra clave en los últimos años de mi vida: incertidumbre.  Palabra que no solo fue clave por los sucesos,  sino también por mi libro y por todo lo que quiero y me motiva transmitir por las redes. 

Sabemos que la incertidumbre es parte de todos los días,  e incluso cada decisión tomada en nuestras vidas,  tiene un alto porcentaje de incertidumbre.  Sin embargo, hay veces que la percibimos y muchas otras no.  Y por ahí viene el punto de la cuestión. 

 

Mi última experiencia en Europa,  se caracterizó por vivir día a día con una dosis de incertidumbre altisima y además perceptible por mí mismo todo el tiempo.  En ocasiones así,  muchas veces podemos creer que nos generaría stress o ansiedad el intentar desbloquear lo incierto y convertir las dudas en algo más certero.  En mi caso particular,  la mayoría del tiempo no la sufrí, e incluso la disfruté.  Pero quizás lo más importante de este proceso,  fue darme cuenta que durante todos mis años anteriores de vida nómade, viví y viajé con una confianza muy ciega en las incertidumbres.  Cuanto más incierta se me presentaba una posibilidad, más importancia le daba.  ¿Por qué? No lo sé, pero así sucedía y siguió sucediendo por gran parte de estos tres años en Europa. 

 

Para quienes me conocen desde hace poco les paso a contar algunos detalles de ese viaje, que comenzó en Noviembre de 2018,  estando todavía de novio con Pauline,  gran compañera de viaje por tres años,  y yendo a Italia,  con la ilusión de realizar el reconocimiento de la ciudadanía Italiana.  Tan solo tres meses después,  cuando el trámite debería estar casi terminado,  comenzaron los diferentes cambios.  Fin de la relación con Pauline y una traba en la documentación de la ciudadanía.  Me encontraba así,  de frente a una decisión clave; ¿ Me vuelvo para Argentina o continúo improvisando y encontrando,  confiando en todo eso incierto que se me va presentando?.  Un poco intuitivamente elegí seguir.  Después de viajar un poco por Italia, visitando algunas amistades conocidas en viajes anteriores,  me surge un gran deseo por realizar una experiencia de trekking hacia el pueblo de mis tatarabuelos.  Experiencia que pueden leer en el artículo anterior del blog y que les comparto el link directo al final de este escrito.

 

Lo cierto es que esta experiencia de trekking,  me conectó con la cultura italiana,  su idioma y su gente,  a tal punto de sentir una necesidad enorme de querer quedarme.  Eso alimentaba una gran incertidumbre sobre mi supervivencia allí,  ya que debía esperar varios meses más por un documento que se comenzaba recién a gestionar en Argentina,  y que por lo tanto continuara sin ciudadanía y sin posibilidades de trabajar legalmente allí.  A pesar de todo esto,  mi intuición me siguió diciendo que me quedara y proseguí con mi trekking.  Como si ello fuera poco,  me entregué a una nueva historia de amor.

 

Imagínense,  en Italia,  sin saber cuando llegaría mi documento,  con una pandemia a punto de estallar,  sin trabajo y enamorado.  Pueden sacar sus propias conclusiones.  La realidad,  es que gracias a muchas situaciones que se fueron dando,  lo fui llevando y me fui entregando cada vez más a eso que sucedía.  Pasaban los meses,  la pandemia se profundizaba,  la ciudadanía no llegaba y todo se hacía más difícil aún.  La situación fue  llevándome al fin de mi relación con María y a partir de allí comenzaron increíblemente a suceder cosas que fueron destrabando toda la cuestión.  Una invitación a pasar cinco meses en un lugar maravilloso,  el tan ansiado documento con su tan ansiada ciudadanía y luego el cumplimiento de otro gran deseo:  trabajar en Berlin por un período. 

 

Se podría abordar y reflexionar todo esto desde diversas perspectivas.  Se podría rescatar  y valorar el esfuerzo,  la convicción y el enorme deseo que tuve por mi ciudadanía,  que me dieron las fuerzas para seguir luchando y quedarme a pesar de las distintas trabas.  Sin embargo,  yo les puedo asegurar que lo único en lo que pude confiar ciento por ciento,  fue en mi intuición.  Incluso,  muchas veces,  con decisiones que por semanas o meses parecían que eran las equivocadas.  Hoy podría encontrar errores y aciertos en cada paso,  sin embargo lo que más encuentro es la tranquilidad y la felicidad de haber transitado todo eso y no arrepentirme de nada de todo lo que hice.  Y quizás esto es lo que más quiero dejar,  y lo que más intento transmitir cuando escribo y genero contenidos desde mi Instagram:  la idea de que no existe un camino ideal, y de que sea cual fuere la decisión que vamos tomando, o sea cual sea la situación que nos toque vivir,  entender siempre, que mientras esa incertidumbre este presente,  por más fuerte que sea,  estamos viviendo.  Y ese "estamos viviendo",  no lo digo en el sentido metafísico,  lo digo desde un sentido más político de la cuestión.  Mientras estamos viviendo y atravesando cada una de esas decisiones inciertas, estamos diseñando nuestro propio camino de vida, nuestro propio sendero auténtico sobre el cual construiremos mucho y aprenderemos mucho más. 

 

Mi experiencia en Europa no deja ningún ejemplo de nada.  Es solo mi experiencia de transitar con todo ese dinamismo diario y abrazarlo.  Misma experiencia que confiando en la intuición,  me hizo dejar mi trabajo en Berlin,  para volver a Argentina y darle una oportunidad a mi libro y a @pensar.nomade .  Y acá estoy,  nuevamente,  con más incertidumbres que certezas,  descubriendo nuevas cosas,  despertando motivaciones en otras personas y no sabiendo realmente que pasará mañana. 

 


Escribir comentario

Comentarios: 0